jueves, 24 de octubre de 2013


''LAS PALABRAS SON COMO... LA VIDA''



Juán era un niño un tanto extraño. Cuando llegó nuevo al instituto todos lo veían raro. Era alto, vigoroso pero sin embargo poco hablador. Muchos intentaban relacionarse con él, entablan una conversación, pero esto les resultaba imposible, Juán no decía ni una palabra.

Cuando comenzaron las clases y todos se reunieron en el aula, para conocer al tutor todos se presentaron. Pero la expectación se abrió paso cuando le tocó presentarse a Juán.Durante 5 ó 10 min. La clase permaneció completamente en silencio. Al ver que los alumnos no conocían bien a Juán, la tutora decidió explicar en un cierto modo aquel problema que no le permitía a Juán hablar.

-Juán es un niño nuevo que va a estar todo el curso con nosotros. Seguramente no lo conoceis y por tanto no sabeis porque no ha hablado normal con vosotros. Explicó la maestra firmemente.

-Bien, Juán posee algo muy difícil y que seguramente lo conoceis. Es sordomudo.

Esta última frase levantó gran expectación y también sentimiento de pena. Los alumnos se apresuraron a hacerle preguntas al profesor a un ritmo vertiginoso.
Pero en ese instante el timbre sonó y todos salieron corriendo del aula para contarles a sus compañeros de otras clases este suceso.


Cuando llega la hora del recreo, Juán se ve con muchos inconvenientes para poder conunicarse con otros. Se siente por un lado frustrado pero a la vez alegre de ser un adolescente como los demás.

Lo que no sabía Juán es que alguién lo observa...

En el patio del colegio, María observaba sin perder detalle todos los movimientos de Juán. Ella mejor que nadie sabía como se sentía Juán. María, cuando nació era sordomuda, pero através de una operación, de la cual salió victoriosa pudo porfin integrarse en la sociedad.


María ayuda a Juán a comprender que no debe estar jamás triste por haber ser sordomudo que debe saber que es un niño como los demás y que ese problema tiene solución.




María cuando llega el segundo trimestre, Juán no se siente arvergonzado de ser sordomudo, parece que se ha adaptado perfectamente al grupo. Tiene muchos amigos, pero aunque les cuesta comunicarse con ellos se esfuerza de un modo estraordinario para conseguir una vida normal.


Esta historia nos enseña que por muchos problemas que tengamos, siempre hay que tener un afan de superación para que nunca nos quedemos estancados en un problema, y que todos somos iguales y debemos respetarnos tal y como somos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario